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martes, 10 de abril de 2012

Política = Fútbol + Iglesia

Tengo que confesar que llevo dándole vueltas a este post desde hace bastante tiempo, pero como se trata de política he preferido esperar a que pasen las elecciones para que nadie interprete lo que no es.

Antes de nada quiero que quede bien claro que todas las afirmaciones que hago son opiniones personales mías y, además, cuando hablo de políticos me refiero a todos o la gran mayoría, independientemente del partido político por el que militen. 

Adivinanza: ¿Cual es la profesión en la que no se necesita ninguna formación y se tienen grandes responsabilidades? Solución: Político. ¿Nadie se ha dado cuenta antes? Todos esos críticos televisivos que tienen la solución a todo (unas veces es la que propone el gobierno y otras las que propone la oposición) y que tienen el gran poder de que les escuche las masas, ¿no han caído en eso? ¿Ningún político honrado se ha dado cuenta? ¿Nadie intenta cambiar eso? O lo que es lo mismo, cualquier persona no cualificada para el puesto (por no llamarle inútil) puede gobernar nuestra ciudad, comunidad autónoma o país. ¿Dormís tranquilos sabiéndolo? Yo no.

Ya saldrá el listillo de turno que dirá: No es necesario que sepa de todo, para eso están los ministros, consejeros, asesores, etc. que son los especialistas. Pues no me lo creo. No me creo que una persona que ha sido ministro o consejero de A, luego de B y después de C sea tan inteligente. Y de los asesores mejor no hablo.

Vamos a ver, ¿porqué no le exigimos a nuestros políticos que estén formados para el cargo que quieren ocupar? ¿Es que no somos conscientes de que una mala gestión por desconocimiento puede acarrearnos muchos problemas a los ciudadanos de a pie? 

La gente de a pie ya esta desencatada, todos los políticos le parecen iguales, lo único que cambia son las siglas de su partido. Estamos tan acostumbrados a que se nos prometa una cosa y al gobernar no se cumpla (o incluso se haga lo contrario). Mira que esta táctica es antigua (desde tiempos de Felipe González, que yo recuerde), pero nada, nos la siguen haciendo.

Yo creo que el trabajo de político es como cualquier otro trabajo. Cuando tu pides trabajo para un puesto en una empresa lo primero que haces es presentar tu curriculum y si el departamento de personal lo considera oportuno te contrata. Pues en política debería ser igual, el curriculum del político es su programa electoral, pues ahí es donde se reflejan las actitudes (o aptitudes) y capacidades que tiene para el puesto al que aspira y, en este caso, el departamento de personal lo formamos todos los ciudadanos que manifestamos qué programa -curriculum- nos parece más apto para el puesto vacante.

Ahora bien, si yo digo en mi curriculum que se hablar 5 idiomas y resulta que al empezar a trabajar se dan cuenta de que no domino ni el castellano la empresa me despide procedentemente. ¿Por qué si el político de turno no cumple con su programa-curriculum puede seguir en su puesto? ¿No habrá que regular un mecanismo para evitar esto? Creo que la solución más idónea sería una auditoria periódica, si no eres capaz de hacer lo que me dijiste que estabas sobradamente preparado para hacer, a la calle y elecciones anticipadas. Seguramente así los programas electorales no prometerían el oro y el moro.

Dos personas distintas me dijeron una vez una frase cada uno que se me han quedado grabadas: El primero me dijo que la política es como el fútbol: "Todos quieren cobrar como los galácticos, pero la mayoría de los jugadores juegan en categorías inferiores y no llegan a fin de mes" y el otro me dijo que la política es como la Iglesia: "Los buenos están de misiones ayudando de verdad, los ambiciosos están arriba. En política los buenos son alcaldes de pequeñas pedanías que ni siquiera recuerdan a qué partido pertenecen, los trepas están arriba". Lo peor de todo es que puede que tengan razón.

En fin, me despido citando una conversación del gran constructor Sr. Bertomeu cuando le comunica a su "contacto" en el ayuntamiento que en la siguiente legislatura va a ser concejal de urbanismo en lugar de alcalde como él desea y éste muestra cara de decepción pues no le agrada la noticia. Entonces Bertomeu le dice: "No te pongas así, esto es mejor, los ayuntamientos son cementerios: Los alcaldes están muy vigilados y cuando acaban su mandato son cadáveres. Tu, sin embargo, tendrás más poder: Podrás elegir qué alcalde gobernará cada legislatura".

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