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lunes, 19 de agosto de 2013

Perder el miedo a volar

No considero que yo haya volado mucho, pero sí mas que la mayoría de gente que me rodea. Es por ello que muchas veces me preguntan "Tio, ¿no te da miedo montar en un avión?". La respuesta es clara: "No". "Pero, si eso se cae no hay salvación" o "Yo una vez me monté y casi me muero del susto, la cantidad de ruidos extraños que se escuchaban, seguro que pasaba algo".

Y es que la mejor forma de perder el miedo a volar es conocer el funcionamiento del avión y las cosas que suceden en el despegue, vuelo y aterrizaje. Justamente la semana pasada me topé con un artículo de Iberia donde hablaba de esto exactamente y voy a intentar resumirlo.

Lo primero es saber que el avión es el medio de transporte más seguro, básicamente por el gran control que se tiene al diseñar, construir y pilotar el aparato. Hay una gran cantidad de normas y estándares que deben cumplirse que hace que sea muy difícil que haya un defecto de diseño, fabricación o error humano pilotando.

¿Dónde tiene uno más miedo? Pues probablemente en el despegue. La verdad es que es el momento en el que el aparato se pone a plena potencia, por lo que, ¿Qué pasará si despegando uno de los motores se para? Pues no pasa nada porque el peso máximo que el avión puede transportar es aquel con el que físicamente puede despegar y volar solamente con la mitad de los motores funcionando. Es decir, el avión esta diseñado para despegar y volar con la mitad de los motores andando (como se entere el de Ryanair, la de combustible que va a ahorrar parando la mitad de los motores de sus aviones).

Una vez que físicamente se ha despegado, es decir, el avión comienza a elevarse y las ruedas ya no tocan pista viene uno de los momentos en los que la mayoría de la gente más se asusta ya que durante la elevación comienzan a escucharse una serie de ruidos en cabina muy preocupantes. Pues la verdad es que a estas piezas podían haberle puesto un silenciador o similar porque el ruido que arman es bastante preocupante pero es normal, solamente es el tren de aterrizaje guardándose y los flags -unas chapitas que se despliegan para aterrizar y despegar- recogiéndose. 

Bueno, ya estamos en el aire tan tranquilos tomando nuestra bebida -en aquellos aviones que todavía las den gratis- y de pronto el avión empieza a dar saltos! ¿Que pasa? Porque en el cielo no hay baches que yo sepa. Esos saltos son las famosas turbulencias y no pasa absolutamente nada, el piloto es informado puntualmente de las zonas de turbulencias y no va a atravesar ninguna en la que dichas turbulencias sean fuertes aunque si lo hiciese no pasaría absolutamente nada -excepto que alguna bebida se caería al suelo- ya que los aparatos están diseñados para atravesar turbulencias de nivel 2 (huracanes).

Que agustico estamos volando a altura y velocidad de crucero, estoy tan tranquilo que me da por pensar qué pasaría si de repente los motores dejaran de funcionar. Pues esta claro, con lo que pesa el bicho este seguro que caemos a plomo los 10.000 metros de altitud que llevamos. Pues sepan ustedes que eso NO es posible. El avión esta diseñado para planear, por lo que perderíamos altura planeando. Una cosa curiosa que poca gente sabe es que el aterrizaje se hace planeando, es decir, se ponen los motores a ralentí -sin empuje- y se planea hasta la pista (igual que se haría si fallasen todos los motores).

Y por fin aterrizamos! En el descenso se producen los mismos ruidos que en la ascensión pero al contrario: Despliegue de flaps y tren de aterrizaje y al tocar pista -lógicamente- en lugar de ir a plena potencia como en el despegue los motores están a ralentí y se usan todos los elementos dinámicos disponibles para bajar velocidad y -por supuesto- los frenos.

Si después de todo esto no has perdido tu miedo a volar, puedes ver este vídeo de un comandante de Iberia retirado en el que explica todo esto y más de una forma seguramente mas clara. Feliz vuelo!