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miércoles, 27 de marzo de 2013

4 Verdades sobre el ADSL

En este artículo voy a hablaros sobre 4 aspectos del ADSL que no todo el mundo conoce, pero que son ciertos. Espero que te sea útil:

Sobre la velocidad real: La velocidad real nunca es la que anuncian, pero es suficiente para casi el 100% de los usos, afortunadamente hace tiempo la velocidad no es un factor crítico para la elección del ADSL, aunque sea el que utilizan la mayoría de las empresas para aunciarse. En el ADSL (algo que no ocurre ni en fibra ni en cable), la velocidad, que aparece siempre en letras gordas como si fuera lo único que importa, es sólo un máximo teórico que se cumple en condiciones idóneas y que se ve muy afectada por la calidad del cable de cobre de tu teléfono, pero, sobre todo, por la distancia a la que estás a la central de Telefónica a la que estás conectado (pero ojo, no "distancia visutal", sino la que recorre el cablecillo por el suelo, que es mayor). A poco más de 3.000m ya es difícil que una conexión (por mucho que sea ADSL tres plus extra express con oxígeno activo) supere los 5 Mb. 

Sobre la marca: El ADSL es un producto de marca blanca en el que lo más importante lo pone la misma empresa: Telefónica, ahora llamada Movistar, y el resto de compañías le añaden la etiqueta de su marca encima y poco más. Ese poco que añade cada empresa es: precio, atención al cliente y servicio. Estas tres cosas es lo que difiere en cada ADSL que se comercializa. Suponiendo que tú puedes tener acceso al mejor router y al mejor ordenador en tu casa (que también afectan), la velocidad de tu conexión depende principalmente de la calidad del hilo de cobre telefónico y de la distancia a tu central telefónica. Y además, eso es lo que más problemas da. Y esta infraestructura es la que contratan todas las empresas a Telefonica, que es quien la mantiene, y todas las empresas de ADSL utilizan el mismo par de cobre: ese que tienes en tu casa para darte el servicio. La tecnología ADSL/ADSL2+, etc. es la misma, la dé quien la dé, y el hilo de cobre también. Es muy difícil que una te diga que te puede dar, por ejemplo, un ADSL2+ de más velocidad que otra trabajando sobre lo mismo. Incluida la propia Telefónica. Otra cosa es que, luego, cada una lo conecta a su red para salir a Internet y ahí puede haber una pequeña diferencia, pero eso no condiciona tanto como el propio hilo de cobre. La diferencia perceptible sí puede estar en otras cosas como el servicio, pero no en la velocidad.

Sobre la tontería de los megas: Hace muchos años, quien navegaba, veía cada página ir apareciendo lentamente en la pantalla el ordenador, con los módem esos de “pitiditos” que los mayores recordarán. En ese momento la velocidad era el mayor problema y el mayor reto tecnológico. Su evolución era la clave y las diferencias eran perceptibles. Y te hacían ganar mucho tiempo. Desde que se superaron los 4 Megas (allá por 2005) es prácticamente imposible diferenciar un velocidad de otra si no se usan medidores o herramientas específicas para ello porque sólo navegando, descargando archivos o viendo vídeos, no nos engañemos, no llegan a ser claves. Hoy en día un ordenador o móvil tarda más en pintar la página en la pantalla, con toda la “inteligencia” que lleva, que en descargarla. Y si no fuera el ordenador, sería ya el propio servidor remoto el que no podría aguantar tu capacidad de descarga. Cuando descargas un fichero de un servidor -un programa gratuito, por ejemplo-, la velocidad a la que estás descargando realmente depende del servidor que te lo envía y de dónde está, hace mucho tiempo que no es realmente tu velocidad la que influye.

Ocurre igual que antiguamente… cuando un coche sólo podía ir a 20, 100, 150 Km/h. Todos preguntaban ¿cuánto corre? Porque eso era lo limitante y lo importante. Hoy ya casi nadie pregunta eso de un coche de la calle. Pregunta otra cosas. Da igual que un coche corra a 300Km/h o a 450km/h. Estás pagando por algo que es sólo ‘placebo’. Y eso, aunque sea duro decirlo, pasa con las conexiones de Banda Ancha. Si algún día contratas fibra y pagas más por ella, hazlo por la estabilidad, nunca por la velocidad porque realmente, en el 90% de los casos, vas a pagar todos los meses más por algo que no vas a usar. El problema es que te lo siguen vendiendo anunciando sólo la velocidad. Parece que sigue siendo lo más importante, tener un coche que corre a 1000km/h (“por si algún día necesitas cruzar España en una hora” .

Sobre los problemas del ADSL:  Activar un ADSL da problemas en bastantes casos y todos lo sabemos. Ves un anuncio con un montón de gente guapa bailando y refrescándose feliz en una casa estupenda y crees que todo va a ser así, pero luego no lo es. La empresa que te vende el ADSL tiene que pedirle a una empresa que compite con ella que pinche un cablecito a un equipo -que está instalado en su central- a otro equipo que tu empresa le has colocado en esa central. Y eso tarda tiempo. El que lo hace no tiene especial prisa, lo hace porque le obliga la ley a hacerlo. Además, es en ese momento cuando se descubre si tu línea realmente es válida o no para el ADSL o si tiene algún problema e interviene mucha gente. Luego, encima, para los que aún usan teléfono fijo con el ADSL tienes que poner unos filtros en cada boca de tu casa para que la extraña mezcla de voz y datos no haga que todo falle. Y no hablemos del router y de tu ordenador y las dichosas configuraciones. Técnicamente es complejo todo y tiene mucho mérito que funcione. 

Pero recuerda, el verdadero problema no es tener un problema, es no poder resolverlo y que eso te genere otro problema.

jueves, 7 de marzo de 2013

Los faroles

Antes de nada, tengo que aclarar que el tema de los faroles es muy delicado, de hecho este post lleva rondando en mi cabeza casi un año y realmente no terminaba de decidirme a escribirlo porque no sabía qué planteamiento sería más adecuado para abordarlo.

Me ha sucedido en dos ocasiones con dos personas distintas. Estando en un pub tomando una copa como cualquier sábado aparece en las televisiones del pub el programa de póquer (el de la sexta para más detalles) y muchas personas del pub giran sus cabezas hacia los televisores interesados por ese extraño juego. Entonces una amiga le dice a otra, "yo no entiendo ese juego, no me entero de quien gana" y la otra -autoproclamándose experta en póquer- le dice "Este juego es muy fácil, sólo se trata de echar faroles y engañar a los demás". 

Primero definamos qué es un farol. Un jugador se tira un farol cuando gana un bote que no le corresponde ganarlo. Es decir, hace creer al resto de jugadores que tiene una jugada superior -aunque sea mentira- y el resto de jugadores abandonan la jugada renunciando al bote en favor del jugador farolero.

Al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, en el póquer -por lo menos en el texas hold'em- se farolea muy poquito (es cierto que en otras modalidades de póquer como el póquer cubierto de 5 cartas es más propenso a farolear).

Como dice Juanma Pastor, una jugada en póquer no es sólo las dos cartas que tienes en la mano, sino que es como una composición química de muchos más factores. El factor al que yo le doy más importancia es la posición en la mesa. No es lo mismo estar abriendo la mano en la ciega pequeña que ser dealer.

Por lo tanto, ¿cuando se debe echar un farol? Pues cuando estes casi seguro de que el resto de jugadores se van a tirar. Desde del punto de vista de la posición, el mejor momento es cuando estamos en una posición tardía, es decir, somos últimos en hablar (dealer o posiciones anteriores). De esta forma tendremos la información de todos los jugadores cuando nos toca hablar.

Desde el punto de vista de la jugada, el mejor momento de farolear es cuando menos comprometida sea la jugada, es decir, cuando menos proyectos haya abiertos. Por ejemplo, si aparecen en el flop 8p 9p 2c, no es buen momento de farolear ya que hay dos proyectos abiertos, el de color a picas y el de escalera, aunque hagamos una apuesta, si esta no es muy grande, un jugador con dos picas en sus manos pagará y otro con 10 J, 7 10 o 6 7 tambien entrará buscando la escalera.

Desde el punto de vista de la rentabilidad hay que analizar el grado de compromiso con el bote del resto de jugadores. Cuanto mayor sea el dinero aportado por un jugador al bote más difícil va a ser hacerle abandonar la jugada. Para ello me remito a los post anteriores en los que hablo de cómo saber si una apuesta es rentable o no. Lógicamente, un jugador que ya ha aportado 100$ al bote no va a abandonar la jugada porque le subamos de farol 30$, le compensa pagar.

Resumiendo, ¿cuando debemos robar un bote de farol? Según lo dicho anteriormente cuando estemos en posiciones tardías, con botes pequeños y cuando no haya proyectos abiertos.

Esta seria la jugada de libro en la teoría, pero como en el póquer se trata de que los demás no sepan tu jugada, si haces esto en alguna ocasión alguien te pagará, aunque no será lo usual. Ya depende de ti identificar los jugadores que son más propensos a esto y en qué tipos de jugadas. Es por ello que algunos jugadores hacen las cosas al revés y farolean en primeras posiciones y/o con botes muy grandes, eso sí, haciendo subidas muy desproporcionadas para que no salga rentable entrar en la jugada buscando completar un proyecto.

En resumen, tanto para echar un farol como para detectarlo hace falta fiarse de la intuición.