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lunes, 16 de enero de 2012

Un fin de semana en el casino de Murcia



Este fin de semana nos hemos armado de valor y un amigo y yo hemos ido a jugar el Gran Torneo Mensual del Casino de Murcia. Tras dos horas y media largas de viaje (lo sé, soy un tortuga conduciendo) llegamos al parking del casino y hacemos el registro en el Hotel donde pernoctamos (que esta junto al casino).

Es la hora de comer, mientras íbamos al aparcamiento hemos visto una tasca que tiene mala pinta, por lo que se debe comer bien allí. Efectivamente, comimos a reventar y, como no tenía cafetera, pues tocó tomarse copa para hacer la digestión.

Ya ha abierto el casino, hay que registrarse en el torneo. Yo soy el jugador número 11, mi amigo el 12. Se necesitan un mínimo de 24 jugadores para que el torneo se celebre, ¿llegarán 12 más? Pues sí, van llegando jugadores y vamos radiografiando al personal. Muchos jovenzuelos con capucha, gafas de sol y auriculares, no nos dan miedo; algunos veteranos, a esos se les tiene mucho respeto.

De repente aparecen caras conocidas, el amigo Javi de El Ejido y Pichón entran en el casino. Esto ya es más serio, pocas veces he visto perder a Pichón. Empiezo a reconocer algunas caras que alguna vez he visto por la tele o por Internet, empiezan los nervios. Conversamos los de Almería y hacemos un pronóstico: Pichón y yo casi con seguridad a puestos cercanos a la final y mi amigo y Javi imprevisible, lo mismo se eliminan a las primeras de cambio que aguantan al final.

El director del torneo llama por megafonía, comienza el sorteo de asientos: Me toca asiento 7, mesa 2; La crupier me hace entrega de las fichas (30.000 puntos) y me siento. No conozco a nadie de mi mesa excepto a mi amigo Javi que cae en el asiento 9.

Comienza el torneo. La pantalla de información indica que hay 48 jugadores, pero todavía no esta cerrado el registro (se cierra al finalizar el cuarto nivel). Primera mano: Pareja de 5, vaya, parece que esto promete. ¿Qué hago? No tengo ni idea de la forma de jugar de cada uno, decido no meterme en líos y sólo igualo la ciega, otro jugador sube un poco, igualo y nos quedamos 3 vivos en la mano, entre ellos Javi. El flop no me favorece, hacen otra subida y me tiro. Javi aguanta y pierde (le sacan 15000 puntos). La última carta es un 5, menos mal que no la he visto porque ganan con escalera.

Siguiente mano: AK, que bien! tengo buenas sensaciones en el campeonato. Subo un poco (a 250 con ciegas 25/50). Sólo paga uno. En el flop salta el rey, jeje, ya te tengo, paso para sacarle algunas fichas; El otro me sube a 500, le resubo a 1000, se tira y recojo las fichas. El jugador me enseña AQ, yo enseño mi AK para ir dando imagen de sólido en la mesa.

Miro la pantalla de información, ya estamos 58 jugadores, 57 vivos y la cuantía de los premios ha subido: 5000 € para el primero, 900 para el octavo. De repente las mesas se quedan heladas, un jugador ha sido eliminado y nadie da crédito: Pichón ha caído. Un enfrentamiento Ases Vs. Jotas y ha saltado una Jota en el flop.

Después de aquí, innumerables manos en las que tengo que tirarme. Simplemente estoy perdiendo ciegas. Pierdo otra mano con Dobles frente a una escalera y llega una de las manos claves: pareja de 2 de ciega grande. Me llega la mano subida, pago y tiran el flop: 2, 4, 7 (dos cartas de tréboles). Qué bien, he pillado el trio, esta la gano seguro. Soy el primero en hablar: paso a ver cómo esta el ambiente. Subida del siguiente jugador (que bien, le voy a resubir) y a continuación All-in del otro jugador que queda vivo. Pufff, la cosa se complica, ¿qué esta pasando? empiezo a darle vueltas a la jugada, el que ha realizado la subida es un jugador sólido, posiblemente lleve pareja superior al 7 o trío, en teoría a este le debería pagar, pero el jugador restado es un jugador alegre, con un rango amplio de manos, puede entrar con cualquier carta, seguramente tiene un proyecto de color o escalera, puffff, ¿que hago? no me decido. En la mesa piden tiempo al crupier, tengo 1 minuto para decidir, ¿que hacer? estoy hecho un lío, algo huele a podrido aquí. A los 40 segundos decido no ir. El siguiente jugador acepta el all-in y se levantan las cartas: pareja de 7 para el que ha subido (consigue un trío superior al mio) y el jugador que lanzó el all-in tiene pareja de Jotas. Cuando veo las cartas levanto las mías y la gente de la mesa no se lo puede creer, el resto de mesas paran el juego y se asoman. He salvado el pellejo, por el momento..... Mi imagen de jugador sólido ha quedado totalmente consolidada, el campo está preparado para hacer algún farol que otro.

Siguiente mano clave: recibo pareja de reyes, subida al canto. Todo el mundo se tira, excepto la ciega grande (GC) que iguala. Flop: Q J 7. GC sube, yo resubo, GC vuelve a resubir, toca pensar: ¿Qué esta pasando aquí? ¿tendrá pareja de Ases? ¿Pareja de damas y ya tiene trío? Pufff, y encima me toca contra un jugador sólido, me toca con otro y no dudo un segundo. Si le pago me quedo con muy pocas fichas, no puedo hacerlo hay que apostarlo todo o retirarme, ¿Cómo voy a retirarme con esta jugada? Miro a mi amigo Javi y le digo: "Javi, creo que me toca irme a casa ya" y lanzo mi all-in. El otro jugador dice "Creo que el que se va soy yo" y paga, enseña A Q, se echa a temblar cuando ve mis reyes, me tranquilizo, esto está ganado, siguiente carta: Un rey, que bien, ya tengo trío, ya sólo le vale un 10 para hacer escalera, el resto de cartas me dan la victoria a mí. Quinta carta: Un 10, cómo no! yo y mi suerte que me persigue. Me levanto de la mesa, le doy la mano, reconoce que ha sido suerte y toda la mesa me intenta consolar. El torneo ha terminado para mi.

Nos hemos equivocado totalmente en las previsiones que hicimos. Javi y mi amigo siguen vivos, aunque bajos de fichas. Sigo el campeonato desde la zona de espectadores haciendo de camarero para mi amigo. Vista mi suerte no quiero jugar a nada más, seguro que pierdo, es uno de esos días en los que nada sale. Me duelen bastante los pies de estar de pie observando, así que decido tentar a la suerte en el blackjack y así sentarme un poco, juego 20 € en 4 jugadas de 5, no gano ninguna. Confirmado: Hoy es mejor que me esté quietecito.

Sobre la 1 de la mañana eliminan a mi amigo. Decidimos apuntarnos a un Sit & Go de 25+5. Para no variar, ningún resultado. Ya estoy convencido: Hoy hay que estarse con las manos quietas. Y así lo hago. Sobre las 4 me subo a la habitación a dormir. Por hoy ha sido suficiente.

Dia siguiente: Desayuno por cuenta de la organización del campeonato, vuelta por el centro de Murcia y comida en la misma tasca del día anterior. Entramos al casino a ver cómo sigue el campeonato, sigue vivo un chaval de Almería. De los jovenzuelos con capucha, gafas y auriculares ya sólo queda uno, los otros 15 jugadores son veteranos de guerra. 

Mientras juegan el campeonato me apunto a una mesa de cash, qué delicia, hay dos jugadores de mi mesa inicial del campeonato, un hombre mayor, una rusa, otra mujer y un par de tíos con pinta de controlar bastante. En esta ocasión las cosas fluían tal y como mandan las leyes de la probabilidad, por lo que poquito a poco fui subiendo en fichas y cuando más cómodo me encontraba era la hora de irse a casa. Aviso a mi amigo que me pide algo más de tiempo, me convence, cambio las ganancias en metálico y sobre las 7 partimos para casa. Acabó la aventura en Murcia.

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