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jueves, 7 de marzo de 2013

Los faroles

Antes de nada, tengo que aclarar que el tema de los faroles es muy delicado, de hecho este post lleva rondando en mi cabeza casi un año y realmente no terminaba de decidirme a escribirlo porque no sabía qué planteamiento sería más adecuado para abordarlo.

Me ha sucedido en dos ocasiones con dos personas distintas. Estando en un pub tomando una copa como cualquier sábado aparece en las televisiones del pub el programa de póquer (el de la sexta para más detalles) y muchas personas del pub giran sus cabezas hacia los televisores interesados por ese extraño juego. Entonces una amiga le dice a otra, "yo no entiendo ese juego, no me entero de quien gana" y la otra -autoproclamándose experta en póquer- le dice "Este juego es muy fácil, sólo se trata de echar faroles y engañar a los demás". 

Primero definamos qué es un farol. Un jugador se tira un farol cuando gana un bote que no le corresponde ganarlo. Es decir, hace creer al resto de jugadores que tiene una jugada superior -aunque sea mentira- y el resto de jugadores abandonan la jugada renunciando al bote en favor del jugador farolero.

Al contrario de lo que la mayoría de la gente cree, en el póquer -por lo menos en el texas hold'em- se farolea muy poquito (es cierto que en otras modalidades de póquer como el póquer cubierto de 5 cartas es más propenso a farolear).

Como dice Juanma Pastor, una jugada en póquer no es sólo las dos cartas que tienes en la mano, sino que es como una composición química de muchos más factores. El factor al que yo le doy más importancia es la posición en la mesa. No es lo mismo estar abriendo la mano en la ciega pequeña que ser dealer.

Por lo tanto, ¿cuando se debe echar un farol? Pues cuando estes casi seguro de que el resto de jugadores se van a tirar. Desde del punto de vista de la posición, el mejor momento es cuando estamos en una posición tardía, es decir, somos últimos en hablar (dealer o posiciones anteriores). De esta forma tendremos la información de todos los jugadores cuando nos toca hablar.

Desde el punto de vista de la jugada, el mejor momento de farolear es cuando menos comprometida sea la jugada, es decir, cuando menos proyectos haya abiertos. Por ejemplo, si aparecen en el flop 8p 9p 2c, no es buen momento de farolear ya que hay dos proyectos abiertos, el de color a picas y el de escalera, aunque hagamos una apuesta, si esta no es muy grande, un jugador con dos picas en sus manos pagará y otro con 10 J, 7 10 o 6 7 tambien entrará buscando la escalera.

Desde el punto de vista de la rentabilidad hay que analizar el grado de compromiso con el bote del resto de jugadores. Cuanto mayor sea el dinero aportado por un jugador al bote más difícil va a ser hacerle abandonar la jugada. Para ello me remito a los post anteriores en los que hablo de cómo saber si una apuesta es rentable o no. Lógicamente, un jugador que ya ha aportado 100$ al bote no va a abandonar la jugada porque le subamos de farol 30$, le compensa pagar.

Resumiendo, ¿cuando debemos robar un bote de farol? Según lo dicho anteriormente cuando estemos en posiciones tardías, con botes pequeños y cuando no haya proyectos abiertos.

Esta seria la jugada de libro en la teoría, pero como en el póquer se trata de que los demás no sepan tu jugada, si haces esto en alguna ocasión alguien te pagará, aunque no será lo usual. Ya depende de ti identificar los jugadores que son más propensos a esto y en qué tipos de jugadas. Es por ello que algunos jugadores hacen las cosas al revés y farolean en primeras posiciones y/o con botes muy grandes, eso sí, haciendo subidas muy desproporcionadas para que no salga rentable entrar en la jugada buscando completar un proyecto.

En resumen, tanto para echar un farol como para detectarlo hace falta fiarse de la intuición.


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