Por aquellos entonces llevaba con mi novia la friolera de casi 10 años de relación, era mi tercer año como profesor de secundaria y recuerdo que ejercía un cargo directivo en mi centro. Un día apareció por el centro una joven realizando las prácticas del CAP con la orientadora del centro, su estancia iba a ser breve en el centro.
Yo ya la conocía de antes, es más, estuvimos hablando y acordamos actuar en el centro como si no nos conociésemos, aunque su despacho estaba al lado del mio y en el trasiego diario nos cruzábamos bastante a menudo.
Cierto día me entero de que una compañera está hablando mal de mi, hasta que un día hablo con ella y me dice "¿No te da vergüenza las miradas que tienes con la nueva de prácticas? ¿Qué pensará tu novia?", a lo que tuve que responder "Gracias por preocuparte por mi y por mi novia, pero tengo que confesarlo, estoy enamorado de la de prácticas porque -además- es mi novia".
Ese día saqué dos conclusiones:
1.- Soy de los pocos hombres que ha engañado a su novia -ahora esposa- con ella misma.
2.- Cuando estamos enamorados, aunque queramos evitarlo, siempre hay algún detalle que nos delata.
Saludos!
Esta anécdota cuando me la contaste casi me muero de la risa ahora recordándolo, me acuerdo de esos buenos momentos. Y tu todavía casado? xD
ResponderEliminarSi hijo, si... A día de hoy felizmente casado
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